Abrir una caja de dulces de Mamá Buman es encontrarse el tesoro en un cofre.
Quien regala dulces, de alguna manera, regala celebración, armonía, esculturas mínimas que representan esos brevísimos instantes que hacen que la vida valga la pena.
Lo que me enloquece de Mamá Buman es precisamente ese modo de darles forma a esas dulces esculturas, realizadas en chocolate, nata, merengue, bizcocho, galleta, dulce de leche... y que esas formas, además, tengan un sabor tan delicioso, que sean capaces de hacerte recordar momentos de tu vida, también deliciosos.
Imaginación, creatividad y un paladar exquisito que iluminará el rostro de quien tenga la suerte de abrir una caja de sus deliciosos pasteles o partir una de sus originales tartas.
