Los miembros de la Asociación Movimiento Páramo, que hasta ahora habían realizado una importante labor humanitaria en Haití, han decidido contemplar el estado de las familias y las empresas de su localidad, Almendralejo, y han decidido invertir tiempo, entusiasmo y una gran dosis de sacrificio, a la mejora de su calidad de vida.
Y no es nada raro, a todos nos sorprende encontrar en determinados establecimientos de esta Ciudad de la Viña y el Vino, una nutrida variedad de caldos australianos, alemanes o de cualquier otro lugar, colmando los puntos de venta destinados a este producto y sin que haya el más mínimo espacio para los productos de la localidad. Es entonces cuando, algo desesperanzados, nos preguntamos: ¿Cómo no va a haber crisis?
La situación económica nacional comienza a ser desesperada para la hasta ahora imperante clase media. Familias que ayer daban cuenta de abultados ingresos, hoy se ven en la calle, obligados a rebuscar la caridad de los comedores sociales o el género despilfarrado de ciertos centros comerciales, que no quiero traer a colación.
La solución que se nos suele vender es que la exportación nos sacará de la miseria, pero es ésta una máxima que tiene sus limitaciones. Muchos empresarios ya se han enfrentado al grave problema de la sobreproducción y su ulterior distribución, arruinándose al embarcarse en mercados desconocidos, sumidos en una competencia leonina, sin ley ni orden. Los expertos no niegan que el comercio exterior sea un acicate para nuestra situación, pero discuten que constituya el eje de la recuperación económica de las familias y las pymes.
De este modo, la Asociación Movimiento Páramo ha procurado una salida efectiva a esta crisis, una solución que pase por promocionar los servicios/productos locales, concienciando así a los almendralejenses para que consuman lo que ofrece Almendralejo, que tiene, además, un excelente nivel cualitativo y una inmejorable relación calidad/precio. Este desarrollo del consumo de productos y servicios de la localidad, implicará un notable ahorro de costes de distribución y almacenaje, ayudando, a su vez, a que la producción tenga una venta más segura. Todo ello, sin menoscabo del beneficio de la exportación. El beneficio para el ciudadano sería una oferta laboral más sólida y segura, además de cercana, amén de otras ventajas económicas.
Con el asesoramiento del experto en economías alternativas, Julio Gisbert (a quien recientemente tuvimos ocasión de escuchar en un conocido programa de La 2), y la voluntad de su presidente, Luis Blanco, Movimiento Páramo trabaja en el desarrollo de una moneda de uso local, que sería, además, la primera de Extremadura. El uso de una moneda local no es algo novedoso, de hecho hay una gran cantidad de ciudades centroeuropeas que deben a proyectos similares el auge de sus respectivas economías. Esto es porque, además, de las ventajas que en el párrafo anterior comentábamos, la moneda local prioriza la adquisición y venta de productos y servicios locales.
Día a día, van colaborando empresas y organismos: Hotel Acosta Centro, Fundación Ruy López, STRO y Banca social 5rBase, entre otros, apoyan firmemente este gran proyecto que se presenta el próximo 29 de noviembre, en una asamblea participativa, para que, según nos cuenta el propio Luis Blanco, "los ciudadanos participen, pregunten y comenten todo cuanto quieran sobre este proyecto, pionero en la región".
A todo ello hay que sumar una fuerte carga didáctica a los billetes, de manera que el propio diseño se propone dar a conocer los puntos fuertes de Almendralejo. Por todo ello, damos nuestra más sincera enhorabuena a sus promotores y colaboradores. Este proyecto se merece, sin duda alguna, obtener una posición destacada en nuestro blog.